Compartimos con Uds. las palabras alusivas a la fecha del alumno José Gabriel Damiani Corraro de 3 ° año Bachiller en Humanidades y Ciencias Sociales:
La libertad
Todos sabemos qué fue lo que pasó el martes 9 de julio de 1816 .Todos sabemos qué pasó en esa pequeña casa de Tucumán, en manos de Doña Francisca Bazán de Laguna, quien quedó para siempre en la historia, no por quién era, sino por el gran acto de servicio a la Nación que hizo al ofrecer su casa para tan importante hecho histórico .Por último, todos sabemos que allí, sesionó el primer Congreso, el de Tucumán, que firmó el acta de independencia de la Argentina.
Acá, mis queridos amigos, es donde entra en juego una palabra que muchas veces se usa…a la ligera…sin saber bien qué es…sin saber lo que implica.
Ese día ganamos algo a lo que muchos hombres temen .En ese momento, conseguimos la capacidad de elegir no lo que era mejor sólo para unos pocos, sino para toda la Argentina.
Ganamos lo que estábamos buscando desde 1810 y que, tras intento y error, conseguimos con tanto esfuerzo y sacrificio.
A este punto, creo que ya todos saben a lo que me refiero, y es a LA LIBERTAD.
¿Qué es la libertad? Es una forma de vida .Una oportunidad de mejorar, de ser felices, de hacernos más fuertes .Una que implica responsabilidad, que nos permite realizar lo que queramos sin perjudicar al otro, en palabras del político Enrique Lacordaire.
Sí, así como se los cuento .Miren todo lo que ganamos el 9 de Julio pero, quizás, nunca nos paramos a pensar detenidamente el significado de esta bella palabra o, incluso, nunca pensamos cómo serían nuestras vidas sin ella.
Una vez, cuando era más pequeño, me pregunté eso y, a pesar de que no encontré una respuesta precisa en ese momento, el tiempo me la enseñó.
Sin independencia, sin libertad, nuestra nación no sería nada.
Seguiríamos siendo el Virreinato del Río de la Plata, y viviríamos en una profunda miseria; nuestra economía, que gracias a nuestros recursos tiene mucho potencial, no se podría desarrollar…no podríamos crecer debido al injusto monopolio que ejercieran nuestros colonizadores.
Cosas tan simples, cosas tan básicas, como recibir educación, estarían reservadas para sectores privilegiados, solamente.
Estaríamos divididos en lo que los europeos llamaban “castas”, y muchos de nosotros, probablemente, no tendríamos derechos ni sociales ni políticos o de algún tipo; tendríamos que pagar tributo, no podríamos ejercer ningún cargo político, y el sistema judicial determinaría tribunales especiales para un grupo en particular, además de que seguiría existiendo la esclavitud.
Habría títulos de nobleza, y probablemente, tendríamos que llamar “duque” o “conde” a varias personas que serían “mejores que nosotros”.
En lugar de héroes patriotas como San Martín o Belgrano, veríamos al rey de España en monedas, pinturas y estatuas.
No tendríamos símbolos patrios y, aunque no estuviéramos de acuerdo, o sintiéramos que no nos representasen, tendríamos que respetar la bandera, el himno y el escudo español como propios.
Todo eso lo hemos evitado declarando la independencia, y ganando nuestra libertad.
Pero no se confundan: la libertad no sólo se gana…también se debe mantener.
Ahora, vos te preguntás: ¿Cómo puedo hacerlo?
Desde lo simple, desde lo cotidiano, podés.
No te pido que vayas y te enlistes en el ejército, mucho menos que mueras por la patria, pues no es la única forma de expresar amor a la nación y a la libertad.
Simplemente, podés hacer cosas como usar una escarapela los días festivos, cantar a la bandera, cantar el himno; respetar nuestros símbolos patrios, ayudar a tus compatriotas siempre en lo que necesiten, sin importar qué sea; incluso, sólo con estudiar sobre cómo nuestra nación llegó a ser libre, sería más que suficiente.
Habiendo terminado, les deseo un feliz Nueve de Julio y, como dijo el Gral. Don José de San Martín: “¡Seamos libres, que lo demás no importa nada!”