Jesús dijo a sus apóstoles: No teman! a los hombres… ¿Acaso no se vende un par de pájaros por unas monedas? Sin embargo, ni uno sólo de ellos cae en la tierra sin el consentimiento del Padre de ustedes. También ustedes. tienen contados todos sus cabellos.

No teman entonces, porque valen más que muchos pájaros…  (Mt. 10, 26 ss).

Jesús vino para regalarnos la confianza en Él, esa confianza que nos libera de todo miedo. “El perfecto amor aleja todo temor” (1º Jn 4,18)

El temor tiene dos consecuencias: hacer lo que no se quiere o, peor aún, hacer lo que se teme.

Sólo la confianza favorece el hacer lo que se desea. Para Jesús la confianza en el Padre era su vida, y vino para compartirla con nosotros.

Busquemos no perder esa vida que es el amor del Padre.

Recemos: Señor Jesús, todo temo de mi debilidad pero todo lo espero de tu bondad.

¡Buen domingo!