La vida me da sorpresas

de Angélica Gutiérrez

Angélica Gutiérrez

Llegando marzo de 2020 me preparaba para transitar la última etapa de mi carrera como docente de nivel inicial, ya que mi jubilación se aproximaba. Me propuse disfrutarlo a pleno, divirtiéndome como siempre, en la sala con los nenes de 2 y acompañando a los nenes de 5 en su despedida del jardín.

De repente, todo cambió…. me enteré que un bichito malo (como dicen los nenes) invadió el mundo entero, impidiendo que podamos salir de nuestras casas.

Fue desesperante, angustiante…. pasé por diferentes emociones: tristeza, ansiedad, enojo, incertidumbre, miedo y tantas más.

Pero luego llegó la calma y como estandarte, con mi bandera de la resiliencia, comencé a acomodar cada pieza del rompecabezas desordenado que corría por todo mi ser.

Dejé de lado todas las formas, recursos, estrategias, propuestas que tenía (y me daban seguridad). Las guardé por largo tiempo en mi bolsillo del delantal. Siempre estuve enemistada con la tecnología… y a esta altura de mi vida, me hice amiga, muy AMIGA, porque esta era la única manera que tenía de poder llegar a mis queridos nenes y a sus familias.

¿Fue desafiante? Sí, pero fue una hermosa prueba que pude afrontar con ayuda y apoyo de todas las personas que me acompañan en este paso por la vida.

Por eso hoy, en diciembre de 2020, puedo mirar hacia atrás y sentir que soy una elegida por Dios para transitar este desafío, dándome las herramientas, fuerza y salud para hacerlo y ahora poder decir con alegría y satisfacción: LO LOGRÉ.


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